- Raciones: 8 Persona(s)
- Tiempo de Preparación: 40
- Tiempo de Cocinado: 60
- Calorías: 380
- Dificultad:
Fácil
La tarta Sacher es casi con total probabilidad la más famosa del mundo, habiéndose convertido en un signo de distinción y tradición. Este delicioso pastel de chocolate procede directamente de Austria, y está compuesto por dos voluminosos bizcochos pesados de chocolate entre los cuales, se unta una ligera capa de mermelada de albaricoque. Se remata con un glaseado de chocolate negro que no solo aporta sabor y textura, sino que ayuda a su prolongada conservación.
Fue incubada en 1832, en la corte del mismísimo príncipe de Metternich. En su afán por agasajar el paladar de sus selectos invitados, animó al aprendiz Franz Sacher, en ausencia del jefe de cocina que se encontraba indispuesto, a que improvisar un pastel sensacional. No solo consiguió salir airoso del resto, sino que en contra de todo pronóstico, logro impresionar a los comensales. Desde entonces, la receta original de la tarta Sacher ha sido celosamente guardada por los herederos.
Generación tras generación, este legado ha pasado de mano en mano dentro de una caja fuerte. Tan solo un puñado de hombres, entre los que se encuentran la familia, el jefe de repostería y el gerente del hotel de la genuina fábrica Sacher-Torte, conocen al dedillo la fórmula original. La repostería, como hemos dicho en más de una ocasión, es una ciencia compleja, pura química, donde importan las proporciones, así como la temperatura y humedad.
En el transcurso del año 1876 se levantó el Hotel Sacher, lugar donde la tarta aún sigue comercializándose bajo las estrictas directrices que manda la receta primigenia. Por suerte, para nosotros, llevar a cabo una tarta Sacher sobresaliente sin viajar al Hotel Sacher en Austria, no es tarea imposible, más si contamos con la inestimable ayuda de la Thermomix. Iremos paso a poso para que puedas emular uno de los postres más icónicos y aclamados de todos los tiempos.
Ingredientes
Instrucciones
- Que no os abrume la cantidad de ingredientes, ya que no es una receta tan compleja como pudiera parecer a priori. Son diferentes elaboraciones que luego confluirán en simbiosis. Antes de nada, precalentaremos el horno a 180º, con calor arriba y abajo. En el vaso de la Thermomix incorporaremos los ingredientes secos: harina, cacao, levadura, azúcar avainillado y sal.
- Pulverizaremos el conjunto durante 20 segundos a la velocidad máxima. Trasladaremos los secos a un cuenco y reservaremos. Pondremos la mariposa en las cuchillas y añadiremos los huevos y el azúcar, programando 5 minutos a 40º y velocidad 3, con el objetivo de blanquearlos. Transcurrido el tiempo, volveremos a marcar mismos minutos y velocidad, pero esta vez sin calor.
- Entre tanto, enharinaremos un molde circular de cierta altura de unos 24 centímetros de diámetro aproximadamente. Seguidamente, introduciremos la mantequilla y los ingredientes secos que habíamos reservado. Mezclaremos todo programando 4 segundos a velocidad 2. Concluiremos la operación realizando moviendo envolventes con la espátula sin la mariposa.
- Verteremos la masa en el molde previamente enharinado y lo introduciremos al horno a altura media sobre una rejilla. Se demorará unos 30 minutos aproximadamente, aun así, no le quitaremos la vista de encima, y cuando lleve 20 minutos, nos cercioraremos del estado de la cocción pinchando con un palillo en el centro, teniendo este que salir limpio.
- Lo sacaremos del horno y dejaremos atemperar antes de desmoldar. Con una segueta de repostería, siempre y cuando se encuentre completamente frío, cortaremos horizontalmente el bizcocho obteniendo dos planchas del mismo grosor. A continuación cocinaremos el almíbar, que además de endulzar, volverá el bizcocho irresistiblemente tierno y jugoso.
- Agregaremos los ingredientes del almíbar en el vaso, y simplemente programaremos 10 minutos, a 100º de temperatura y velocidad 2. Dispondremos los bizcochos sobre una rejilla u otra superficie que permite escurrir el exceso de almíbar, y los empaparemos generosamente ayudándonos de una brocha. Al mismo tiempo, untaremos una ligera capa de mermelada en una de las caras.
- Cogiendo la otra parte con una mano totalmente extendida, acomodaremos un bizcocho sobre el otro, sin presionar demasiado para que la mermelada no se salga. Solos nos queda dar vida a la cobertura, para la tan solo tendremos que introducir en el vaso el chocolate de repostería troceado y programar 20 segundos a velocidad progresiva 5 - 10. Podemos usar chocolate en gotas.
- Finalmente, verteremos el agua para aligerarlo marcando 4 minutos a velocidad 2 y 37º de temperatura. Bajaremos los restos que pudieran quedar adheridos al interior del vaso con una espátula, y sumaremos la mantequilla, que entre otras cosas, dará un brillo espectacular a la cobertura. Comprobaremos que, efectivamente, la masa está totalmente homogeneizada.
- Colocaremos nuevamente el bizcocho sobre una rejilla que le permita tirar el exceso de cobertura, y bañaremos generosamente la tarta, colocando debajo una bandeja para rescatar el chocolate sobrante. Trata de cubrir por completo la superficie, y válete de una espátula de repostería para ir afinando el contorno y dejar una tarta Sacher de película. Servir con nata montada.
- ¡Qué aproveche!
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